La primera imagen que surge en la cabeza de los aficionados del fútbol mexicano al escuchar los nombres de Atlas y de América es tan contrastante como el pasado y presente de estas dos instituciones del balompié nacional.
Sin duda alguna, en la cabeza de un aficionado Chiva, la imagen no puede ser otra que la del odio deportivo nacional -para el América- y local -para Atlas- donde se conjugan la ideología nacionalista contra la ideología del poder adquisitivo que representa el América y la ideología de la aportación extranjera que representa Atlas.
Con sus pasiones y caminos tan divergentes, ambas instituciones representan un buen palmo de la historia, no sólo del fútbol nacional, sino del deporte como tal.
Nacieron el mismo año, aunque en diferente fecha:
15 de Agosto de 1916 en el Café Rimans, se fundaba el Atlas FC, por iniciativa de algunos jovenes jalicienses que habían estudiado en Inglaterra y, dada su nostalgia por el deporte, deciden fundar el club en los albores de la primitiva liga Tapatía. Por aquellos años, Guadalajara esbozaba tempranamente con equipos como el Colón, el Standard, el Liceo, el 1910, Atlético Occidental y Morelos. De todos ellos, sólo Guadalajara pervive hasta nuestros días y a la postre se convertiría en la entidad rival por naturaleza del club de Colomos.
Los colores de Atlas, se toman en torno a la figura de San Lorenzo, patrono del colegio Inglés y en cuanto al nombre, se toma en base al Titán griego Atlas, aquel que sostenía en sus espaldas la Tierra y a quien Perseo, convertiría en piedra con la cabeza de Medusa. La "A" en el centro del escudo fue diseñada por el pintor Carlos Sthal.
La historia de Atlas, se puede comenzar a leer desde sus albores, cuando sus encuentros con los equipos de Guadalajara y sus alrededores, auguraban un destino diferente a la joven institución, cuya ideología estética y organizada del deporte, chocó con la nacionalista visión de los equipos locales, especialmente con la del Guadalajara -hoy Chivas- a quien el destino designaría como su eterno rival. Primero se despertó la rivalidad local, después la rivalidad ideológica, hasta el trascendente odio deportivo entre una entidad a otra.
Atlas pasó a formar parte de la liga profesional en la temporada 43-44. Desde entonces su participación se hizo notoria. Su primer título en la era profesional se produce en 1946, al ganar la Copa México. La trascendencia llegaría en la temporada 50-51, cuando bajo las órdenes del brasileño Eduardo Valdatti se consigue el título de Liga, precisamente frente al Guadalajara en el viejo Parque Oblatos.
Con el tiempo, las malas administraciones, condujeron al equipo a tres descensos y a una mediocridad que pervive hasta nuestros días. Además del torneo de liga, el equipo ganó las Copas del 50, 62 y 68, siendo este su último título oficial en México.
Del lado del América, este club nació en los albores de la post Revolucionaria Ciudad de México, concretamente en el Alzate 136, en la actual Colonia Santa María La Ribera. Fue a instancias del Colegio Mascarones, un colegio Marista, donde encabezados por Rafael Garza Gutiérrez, un grupo de muchachos que no rebazaban los 13 o 14 años en compañía del equipo del Colegio La Perpetua, concretaron el 12 de Octubre de 1916. El nombre del club, se toma por la conmemoración del descrubrimiento del continente hecho en 1492 por Cristobal Colón.
Los primeros años del América, pueden describirse, como sus andanzas en la lejana Liga Mayor -posteriormente llamada Liga Nacional- compitiendo contra los equipos de la colonia Española, de entre los cuales su mayor rival llegaría a ser el hoy desaparecido España y posteriormente el Asturias. Fue así como en la temporada 1924-1925 conseguiría su primer título de Liga. Mismo resultado se conseguiría en 1926, frente al Asturias. Para 1927, el América consigue el tricampeonato, venciendo al Aurrerá, a quien había vencido en 1925 por el torneo de Liga. Un años después igualarían la hazaña del España, consiguiendo el tetracampeonato de nuevo frente al Aurrerá, el 11 de Noviembre de 1928.
Con la llegada de los años 30, el América entra en declive y sólo conseguirían la copa de 1938, formando parte de sus filas el legendario Luis "Pirata" Fuente y uno de los máximos goleadores del América: Octavio Vial.
Su trasfondo, ya con el surgimiento de la era profesional en 1943, ha sido muy contrastante. Se encuentra entre los equipos fundadores del fútbol Mexicano y junto con Guadalajara, uno de los dos clubes que nunca ha pisado la segunda división. Durante los 40, el América vivió un éxodo muy similar al que vive actualmente. Un dato curioso, es el hecho de que en la temporada 45-46, recibió 101 goles. Para la 46-47, las cosas no pintarían mejor; 15 juegos seguidos sin ganar y una histórica goleada de 9-2 a manos del Atlas. Penúltimo en las temporada 46-47, 51-52 y 52-53. Con la llegada de 1954, el equipo consigue su primer título en la etapa profesional: el torneo de Copa, que revalidaría en 1955. Los años cincuenta se cierran para el América, con una ya definida y enconada rivalidad con el Guadalajara y, ya en 1959, con la adquisición del equipo por el empresario mexicano Emilio Azcárraga Vidaurreta, propietario de Telesistemas Méxicanos -la posterior Televisa- .
Sería hasta la temporada 65-66 cuando el América conseguiría su primer título de Liga en la era profesional, además de que José Alves -padre de Luis Roberto Alves, máximo anotador del América- se adjudicó el título de goleo. En 1966 también, cambiaron de cede. Por aquel entonces jugaban en el estadio Olímpico, propiedad de la UNAM y pasaron a la que es hasta hoy su hogar: El Estadio Azteca.
América, sin embargo, comenzó a despuntar tibiamente hasta la década de los 70, cuando las gestiones de hombres como Guillermo Cañedo y Panchito Hernández al mando directivo, lograron la conformación de equipos que lucieron bastante. Fue así como llegaron Carlos Reinoso, Enrique Borja -procedente de los Pumas de la UNAM-, Mario Pérez, Juan Manuel Borbolla, por citar algunos. Además de las contrataciones de técnicos como José Antonio Roca y Raúl Cárdenas. Así se consiguen 2 campeonatos de liga en 1971 y 1976 respectivamente.
Con la llegada de la decada de los 80, América explota. Cinco títulos de liga: 83-84, 84-85, PRODE 85, 87-88 y 88-89, de la mano de figuras como Alfredo Tena, Héctor Zelada, Critobal Ortega, Daniel Brailovsky, Eduardo Bacas y Antonio Santos, por mencionar sólo algunos.
Los 90 sin embargo, trancurrieron sin pena ni gloria, a pesar de las grandes campañas publicitarias por parte de Televisa y de los costosos contratos que el América realizaba. Así la gloria volvería hasta el verano del 2002, cuando frente al Necaxa, en una polémica final -dado que el Necaxa era propiedad de Televisa- América conseguía de nuevo un título, de la mano del entrenador Manuel Lapuente y de figuras como Iván Zamorano, Adolfo Ríos o Hugo Castillo. Les fue devuelta la gloria de nuevo y por última vez en el Verano de 2005, de la mano de Mario Carrillo y de figuras como Cladio López, Cuauhtemoc Blanco, Guillermo Ochoa,
o Kleber Boas.
Desde entonces el América no es campeón.
Cabe mencionar que esta dilatada columna, que repasa algunos de los episodios gloriosos de ambas instituciones, marca una pauta entre sus similitudes y diferencias. Por un lado, se atina a conservar el tradicional odio deportivo que ambas escuadras mantienen por el Club Guadalajara. Sin embargo, el presente no ha premiado igual a las dos. Mientras que Atlas se ha distinguido por una mediocridad constante en temas deportivos -60 años y contando sin ser campeón-, quizá maquillado a cuentagotas por la constante producción de jugadores, que algunos de ellos han trascendido al ramo internacional como el caso de Rafael Márquez o Andrés Guardado y sin desmeritar la gran camada de Jared Borguetti, Pavel Pardo, Oswaldo Sánchez, Miguel Zepeda, Daniel Osorno, Juan Pablo Rodríguez y Jesús Corona.
La situación de Atlas, es crítica. Sus pésimos manejos directivos, combinado con una creciente inestabilidad deportiva, dan como resultado lo que hoy vivimos todos los atlistas: el riesgo de un cuarto descenso. Atlas, es en México, la única A.C del fútbol, cosa que compromete, puesto que las constantes disputas del poder en el centro de su directiva, hacen imposibles una verdadera planeación a mediano o largo plazo, vamos, ni siquiera a corto plazo se puede hablar en Atlas, sin que el fracaso no aparezca en escena. ¡Ya ni siquiera la cantera sigue siendo un punto a nuestro favor! Es tan mala la planeación, que las deudad en Atlas, se acumulan como plagas, ya sea en la cuestión nominal, en los adeudos que se enfrentan con el municipio por el Estadio Jalisco, por el agua o por la repartición de las ventas de jugadores. El constante desmantelamiento de los equipos, así como la falta de continuidad, amenzan temporada a temporada al equipo.
Y cosa curiosa, a pesar de su sequía, Atlas sigue siendo la quinta afición del país, una verdadera Oda al romanticismo deportivo.
Nada distinto se vive en el América. Sí, hay dinero para refuerzos, puesto que la cartera de Emilio Azcárraga Jean así lo facilita, hay una gran afición, una gran entrada de ingresos y las deudas, no se amparan en la puerta. Pero... Algo pasa en Coapa, que los fracasos son el pan de cada día de la reciente administración americanista. Desde 2005, cuando la adminstración de Guillermo Cañedo White entregó el título de liga.
La crisis del América, se despertó desde finales de 2006. Fracasos en el torneo regular, como internacional, así como al inestabilidad en el banquillo del América -donde han desfilado 10 técnicos desde entonces- y la ineficacia del cuerpo directivo, tienen al América sumido, en su peor crisis. Tan sólo habrá que ver lo que sucedió en el Clausura 2008, donde quedaron en último lugar, ligando 11 derrotas consecutivas.
Otro punto a decir, es la nula experiencia que su propietario, Emilio Azxárraga Jean, posee en matetia deportiva. Esto da por resultado, las malas desiciones que dentro del equipo se dan, como la contratación de Michel Bauer -un hombre capaz en mercadotecnia, pero ineficaz en fútbol- o de Jaime Ordiales en el bando deportivo -un hombre que ni siquiera está ligado al equipo- y la debilidad de ambos ante promotores en más de una ocasión, hacen un clima imposible. No conforme con ello, las fuerzas básicas del América no son una fuente importante de proyección. Desde el surgimiento de Guillermo Ochoa, no habido otro canterano Americanista que refleje un buen trabajo en fuerzas básicas.
Ciertamente la mercadotecnia, contribuye a la constante percepción mediática del América, pero cada vez, en lo deportivo, las cosas resultan peores. El más reciente fracaso, lo demostró Carlos Reinoso. Un técnico que sólo ha ganado un título -aquel de la temporada 84-85- y que vende mediáticamente su "americanismo" en más de una forma, pero que sus resultados en la cancha son pésimos.
Hoy llega Alfredo Tena, un símbolo del Americanismo de los 80. El panorama no luce precisamente alentador. Sin embargo, sólo la continuidad y la paciencia -virtudes carentes en los directivos mexicanos- darán un resultado diferente en estas dos instituciones del fútbol nacional. Por un lado, la vieja escuela inglesa del Atlas, que necesita urgentemente una reforma en sus entrañas administrativas y por el otro, el América y su imperio mediático que necesita aterrizar y fijar un proyecto a mediano plazo, que le permita emparejar en la cancha, con lo que presume en la televisión .
La crisis del América, se despertó desde finales de 2006. Fracasos en el torneo regular, como internacional, así como al inestabilidad en el banquillo del América -donde han desfilado 10 técnicos desde entonces- y la ineficacia del cuerpo directivo, tienen al América sumido, en su peor crisis. Tan sólo habrá que ver lo que sucedió en el Clausura 2008, donde quedaron en último lugar, ligando 11 derrotas consecutivas.
Otro punto a decir, es la nula experiencia que su propietario, Emilio Azxárraga Jean, posee en matetia deportiva. Esto da por resultado, las malas desiciones que dentro del equipo se dan, como la contratación de Michel Bauer -un hombre capaz en mercadotecnia, pero ineficaz en fútbol- o de Jaime Ordiales en el bando deportivo -un hombre que ni siquiera está ligado al equipo- y la debilidad de ambos ante promotores en más de una ocasión, hacen un clima imposible. No conforme con ello, las fuerzas básicas del América no son una fuente importante de proyección. Desde el surgimiento de Guillermo Ochoa, no habido otro canterano Americanista que refleje un buen trabajo en fuerzas básicas.
Ciertamente la mercadotecnia, contribuye a la constante percepción mediática del América, pero cada vez, en lo deportivo, las cosas resultan peores. El más reciente fracaso, lo demostró Carlos Reinoso. Un técnico que sólo ha ganado un título -aquel de la temporada 84-85- y que vende mediáticamente su "americanismo" en más de una forma, pero que sus resultados en la cancha son pésimos.
Hoy llega Alfredo Tena, un símbolo del Americanismo de los 80. El panorama no luce precisamente alentador. Sin embargo, sólo la continuidad y la paciencia -virtudes carentes en los directivos mexicanos- darán un resultado diferente en estas dos instituciones del fútbol nacional. Por un lado, la vieja escuela inglesa del Atlas, que necesita urgentemente una reforma en sus entrañas administrativas y por el otro, el América y su imperio mediático que necesita aterrizar y fijar un proyecto a mediano plazo, que le permita emparejar en la cancha, con lo que presume en la televisión .
