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lunes, 10 de octubre de 2011

Garrincha: El "Genio de las piernas cortas"



No se sabe con exactitud, cada cuánto tiempo nace un genio en el mundo futbolístico. No hay una especie de bola mágica que nos diga qué día y qué hora, así como en qué lugar asaltará una figura capaz de romper los límites de la imaginación y de lo sublime dentro del terreno de juego. 

El fútbol en su esfera cambiante y evolutiva nos da siempre cada sorpresa. Para los que vivimos los 90 y los recientes años, fuimos testigos de una evolución progresiva y dramática en el fútbol, donde las individualidades abrían un camino más acertado -según se vea- hacia lo colectivo. Sin embargo, algunos elementos son buenos, otros son malos, otros ni los recuerdo por lo pésimos que fueron y hay una estirpe muy clasificada que se les denomina: Montruos. Así en los 90 yo pude disfrutar de las proezas de Dennis Bergkamp en el Arsenal de Londres y en la selección holandesa, así como de Zidane y compañía en 1998, como los impresionantes y desquiciantes dribles que Ronaldo Nazareo propinaba a los defensas italianos durante su estadía en el Inter de Milán. 

Si le pregunto a mi padre, quizá él me pueda platicar de los 80 y de que vió en acción a Michelle Platiní, a Marco Van Basten, a Gully, a Maradona.... Como también de los 70 y la efervescencia de Johan Cruyff, de Franz Beckenbauer, de Keegan, de Kempes o Passarella. 

Y para los que fueron testigos de Pelé en 1970 o de Bobby Moore y Eusebio en 1966, habrá que anotar, que como la historia apunta, los procesos de los grandes cracks, no son tan amenudo. 

Para los que pertenecen a mi generación (1988 para acá) nos resultan más familiares Cristiano Ronaldo, Messi o Ronaldinho, que el hombre del cual hablaré hoy: Manoel Dos Santos "Garrincha".

Quizá si alguien puede darme informes nítidos sobre garrincha sería mi abuelo.

Manoel Francisco Dos Santos, nació un 28 de Octubre de 1933 en Río de Janeiro. Su sobrenombre, fue dado por sus hermanos, debido al hecho de su gran parecido con un pájaro salvaje que vive en las selvas del Amazonas, que es muy torpe, feo, pero muy veloz. 

Desde sus comienzos, el futuro de Mané, no era muy prometedor. Era Zambo, lo cual es equivalencia en Brasil a ser hijo de indígenas y africanos. Garrincha es una oda al deporte y en especial al fútbol por una notoria diferencia física con respecto al colectivo: tenía los pies girados 80º hacia adentro, su pierna derecha era 6 cm más larga que la izquierda (razón por la cual no podía erguirse completamente) , tenía además la columna vertebral torcida, lo cual fue producto de una severa poliomelitis. Habrá qué decir que a Garrincha lo operaron cuando era pequeño, pero no funcionó. Como cúspide, era adicto al cigarro desde los 10 años de edad. 

Todos sus médicos, no le auguraban un buen desenvolvimiento en el deporte. Cabe señalar que cuando Garrincha fue a probar suerte por primera vez en las filas del Botafogo -del cual es un ídolo absoluto- el entonces visor exclamo: "No puede ser, hasta tullidos nos mandan". El psicólogo de la selección brasileña que asistió al mundial 58, afirmó sobre Mané: "Es un débil mental, alcohólico, que no está apto para el juego colectivo. ¿Qué se puede esperar de alguien que tuvo su primera experiencia sexual con una cabra?"

Su carrera futbolística, comenzó en 1953, en la compañía textil donde trabajaba y donde junto con sus hermanos y compañeros, formó un pequeño club. Debido a la sugerencia de su padre, Manoel, haría pruebas en el campo del Botafogo, el Club del pueblo en Río de Janeiro. El éxito llegó relativamente rápido. Mané debutaría en 1954, y durante los siguientes doce años, escribiría con letras de oro su nombre en las filas del Botafogo, así como las del club en la historia del fútbol brasileño. 

Garrincha superó la leyenda, porque como decía Pelé "No era sólo un simple jugador de fútbol; Mané vivía el fútbol, era parte de él y lo comprendía desde una psicología quizá errada, pero congruente al final de todo, con la vida del futbolista. Si hubiera sido empresario, hubiera fracasado; por eso eligió ser futbolista". 

Lo más curioso con él, fue el hecho de que todos aquellos que le demeritaban de sobre manera, fueron los mismos que una década después aplaudirían sus goles y pases: más allá de débil mental, Garrincha fue el primer crack sudamericano como tal en gran medida, gracias a su servicial actividad, donde más allá de obsesionar con el gol, surtía de pases a sus compañeros; la deformidad de sus pies que tantas críticas recibió, era ideal para esconder el balón ante sus rivales y así desquiciarlos, como lo hizo en los Mundiales de 1958 y 1962, respectivamente. 

Sus piernas cortas eran muy fuertes y una de sus máximas virtudes era la velocidad y la picardía. Garrincha trascendió en grande. Cuando se enfundón la casaca Verdeamarelha en 1958, pocos auguraban un buen resultado a Brasil. De hecho Pelé y Garrincha estuvieron a punto de no ir, gracias a los comentarios del jefe de cuerpo médico del seleccionado, Joao de Carvalahaes, quien veía en Garrincha a un débil mental y a Pelé a un niño con pié plano no apto para correr. Al final, el resultado habló por sí solo: Garrincha se convirtió en el mayor pasador del campeonato y Pelé realizó 4 goles dentro del torneo -uno de ellos bellísimo, en la final contra Suecia- . 

Era escurridizo, demasiado escurridizo. De hecho, con Garrincha se perfeccionó propiamente el regate y en especial, se profesionalizó la posición de "delantero extremo" o sea, por las bandas, donde Garrincha ejercía por la derecha. Tenía una capacidad bárbara para la finta, para el doble, para el engaño, para el baile y el desquicio del rival y entonces comenzar a correr y habilitar al compañero. A pesar de no ser tan goleador, cabe mencionar que con Botafogo marcó 232 goles, de los cuales 3, los hizo el mismo día de su debut. Tanto era el afecto que llegó a cultivar en la afición, que se le apodó "La alegría del pueblo" y en la afición de Botafogo era "El Chaplin del Fútbol"

Ya para 1958, Garrincha explota en el mundial de Suecia. Su buena sociedad con Mario Zagallo, Didí, Vavá y Pelé, dio como resultado, el primer equipo que se coronaba de manera invicta en una Copa del Mundo. Pero su explosión y grandeza, llegarían 4 años más tarde, en el Mundial de Chile, donde una lesión dejaba a Pelé fuera del resto del mundial y Garrincha, exhibió su juego más grande y lúcido posible. Brasil se coronó campeón del mundo y a su arribo a Brasilia, era tal el poder mediático de Garrincha, que recibió por lo menos 34 cartas de distintas partes del país, donde muchos padres, ofrecían a sus hijas para casarlas con Mané. 

Al final, tuvo 14 hijos con distintas mujeres y su constante desenfreno sexual y su tendencia al alcohol terminaron mermando su carrera y su vida. Murió en Río de Janeiro un 20 de Enero de 1953, contaba con a penas 49 años, víctima del alcoholismo y en la profunda miseria.