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lunes, 15 de julio de 2013

George Best "El Quinto Beattle"





La historia del fútbol a veces suele ser confusa y voluble. Citando a Roberto Perfumo: "el futbolista debe ser vanidoso en la cancha; vanidoso para llamara la mirada del entrenador; vanidoso y egoísta para nunca soltar la pelota y así ganarse el cariño del hincha y vanidoso también, incluso para que las mejores pibas lo volteen a ver". Lo anterior está extraído de un extraordinario libro acerca de la psicología del comportamiento del futbolista titulado "Como ser un buen calciattore", una auténtica joya descrita por un hombre que vivió el fútbol de una manera única. 

Pero si bien la vanidad en la vida puede ser un defecto inherente en todo ser humano, no cabe duda que en la cancha puede ser una virtud que muy pocos entienden a ciencia cierta y uno de los que lo entendieron a la perfección -dentro y fuera de la cancha- es el hombre del cual toca hablar hoy: George Best. 

Si tengo que ser honesto, poco o nada me tocaría narrar de sus cualidades puesto que pertenece a una época muy diferente a la actual y por lo menos 20 años antes de mi nacimiento. Pero lo bueno no tiene ni tiempo ni épocas; simplemente era un auténtico sinvergüenza del balón, un hombre que bien pudo haber sido el primer gran crack del fútbol no sólo británico, sino europeo dadas sus características técnicas; podemos decir en buena medida que Best fue la prefiguración de hombres como Cruyff o Rummenigge. 

Nació un 22 de Mayo de 1946, en la ciudad de Belfast, Irlanda del Norte, siendo el priemero de los hijos del matrimonio conformado por Dick Best y Anne Withers. Proveniente de una familia evidentemente protestante -contraste absoluto con la mayoría católica en Irlanda del Norte- Best comezaría su educación en la secundaria Linasharrag donde comenzaría más a centrarse en el fútbol y en el rugby -del cual cuentan era muy bueno- que en los estudios como tal. Fue así como ingresaría al que fue su primer club, el Greagagh Boys en 1958 con el que permanecería hasta 1963 cuando con apenas 20 años, sería fichado por el Manchester United de la liga inglesa con el que prácticamente alcanzaría la inmortalidad. 

Ahí se haría un jugador prácticamente tan visto como Pelé o Eusebio, aunque en una posición distinta. Si bien es cierto que ya anteriormente Garrincha había creado -por así decirlo- la posición de extremo, Best la perfeccionó a un punto tal que a los defensas ingleses les costaba mucho pararlo. Ninguno de los delanteros de entonces -Bobby Charlton, Denis Law o Pat Crearand- estaban cercanos a la técnica que Best destilaba en los campos de juego. Comenzando por la conducción del balón, la cual estaba siempre pegada al pie, una característica propia de los futbolistas sudamericanos y que rompía un poco con la metódica disciplina inglesa donde se le daba más importancia al desempeño físico y al juego de conjunto, que a la brillantez que el juego individual podía obsequiar. En ese sentido ninguno de los jugadores británicos -salvo John Charles- había tocado puerta alguna. Otro punto a considerar era su velocidad y por supuesto, su desiquilibrio; en un resúmen estricto era un crack, con mucha seguridad, podemos decir que Cristiano Ronaldo podría ser en varios aspectos su reencarnación más aproximada. 

En cuanto a sus títulos, bastará con decir que perteneció a la primera generación del Manchester que hubo de alzarse con la Copa de Europa en 1968 en aquella final ante el Benfica, así como las ligas de 1965 y 1967, así como las copas de 1963, 64 y 66. Tras su salida de Manchester, le siguió un auténtico periplo que lo llevó al fútbol de Estados Unidos -entonces era la North Soccer League- hasta regresos a la liga inglesa cuando ya superaba los 35 años de edad. Moriría en 2005 a causa de un prolongado y serio alcoholismo, que -según parece- le fue heredado de su madre quien también habría muerto de eso en 1978.

El quinto Beattle. 







Viendo las anteriores fotografías, uno comprendería un poco de los muchos derroches y excesos a los cuales está sometido un futbolista de élite como lo fue Best: mujeres hermosas, costosos autos, borracheras a diestra y siniestra, contactos con las más diversas drogas y un largo etc que está por demás recalentar. 

Quizá hoy nos asombramos por ejemplo con los lujos que jugadores tan mediáticos como Cristiano Ronaldo o en su tiempo David Beckham pueden llegar a generar... pues palidecían al lado de Best. Su sobrenombre como "quinto Beattle" le fue dado en mayor medida a su enorme desempeño en los clubes nocturnos de Manchester y Londres a los cuales era asiduo. En 1968 la BBC de hecho filmaría un documental en su nombre: "The Crazy Life of Gerge Best" siendo en cierto sentido un pionero del jugador mediático y desenfrenado fuera de las canchas. Para muchos no era un secreto además, de los constantes dolores de cabeza que su temperamento libertino le causaba al entonces entrenador del United Matt Busby puesto que en algunas concentraciones -y en ciudades tan distintas como Praga, Madrid o Paris- a Best frecuentemente se le ocurría dejar una escalera de jardinero conectada a la ventana de su habitación del hotel en el que se concentraba el equipo, esto, para que sus "fans" subieran a visitarlo; se llegó al grado tal, que bien puede decirse que si el Manchester United en aquella época tuvo un fuerte eco en público femenino, fue no gracias al desempeño deportivo del club, sino a Best que era un imán natural para las muchachas de entonces. 

Su desenfreno -naturalmente- lo llevó al alcoholismo y dudo mucho que también en este terreno, haya tenido rival que le hiciera sombra. Sus frases con respecto a este tema son tan risibles como impactantes: "en 1969 dejé las mujeres y alcohol por un tiempo... fueron los peores 20 minutos de mi vida" o frases como: "Yo tenía una casa en la costa pero para llegar allá, tenía que pasar por un bar. Nunca llegué a ver el mar". 

Frecuentemente se le relacionó con mujeres no muy bonitas, sino lo que le sigue y con respecto a ello dijo: "Dicen por ahí que me he acostado con 7 mis Universo, la verdad sólo han sido 3" o cosas como: "Si me dieran a elegir entre anotarle un golazo al Liverpool y acostarme con una miss Universo iba a tener una dificil elección. Afortunadamente he podido hacer ambas cosas". 

Pero el verdadero trasfondo de su personalidad iba más allá. Era un auténtico vanidoso, tan vanidoso que bien podríamos afirmar que fue él y no Beckham quien instituiría la concepción de metrosexual tal como lo conocemos hoy, al haberse documentado sus gastos mensuales en traramientos faciales, cortes de cabello, tratamientos en saunas y costosos maniquiures. En el campo no era la excepción al afirmar en 1978: "Si perdía la pelota era un insulto personal y la quería recuperar inmediatamente; sí Señor, me fastidiaba que me la quitaran porque era mi pelota" y nada más acercado a ello para describirlo si observamos por ejemplo la enorme facilidad que tenía para driblar a sus rivales en los mano a mano o incluso quitarle los balones a sus propios compañeros, ejemplo de ello Rodney Marsh. 

Posterior a su retiro, siguió dando de qué hablar más por los problemas que su alcoholismo le generaba, como cuando pasó la Navidad de 1984 en prisión por conducir ebrio; 20 años después le fue retirada su licencia de conducir por la misma situación. En el 90 asistió a un programa de Chat Show en un estado de ebriedad alucinante donde le dijo al conductor del mismo: "Terry, I like screwing". 

Lo mismo cuando hablaba con respecto a jugadores como Paul Gascoigne: "No me llega ni a los cordones de la botella" o David Beckham: "Déjame ver, no le pega con la izquierda, no cabecea, no defiende y no marca muchos goles; creo que aparte de eso está bien"  o incluso de Hollywood: "Antes Robert Redford era un tipo muy atractivo y ahora mírale, está flojo, tiene la piel colgando y de un color muy extraño" 

Pero por todo eso y por más, George Best es uno de los íconos hoy menos apreciados, incluso menos distinguidos que el fútbol de clase y de calidad pudo brindar. Quizá no nació en un país netamente identificado como Inglaterra o Alemania, pero su increíble estilo de juego y su explosivo caracter dentro y fuera de las canchas -creo yo- no deja indiferente a nadie. Quizá con un poco de más revaloración y acercamiento nos daríamos cuenta de la existencia de un jugador, que con tan sólo 1.68 de estatura fue tan letal como Eusebio o Müller, tan desequilibrante como Maradona o Pelé, tan inteligente como Cruffy o Platiní y tan pasional como lo fueron Gascoigne o Cantoná. 


Aquí alguna breve recopilación de sus mejores goles, algunos de ellos del mismo grado de complejidad que los que en su momento haría Maradona o como los que hace hoy Messi. 




Pero si bien hacía goles con suma facilidad, su velocidad y técnica estaban más al servicio de sus compañeros. Pelé llegó a decir de él: "Es de esos jugadores que ningún defensa quiere enfrentar, porque en un momento lo ves y después desaparece simplemente con la pelota, tienes que detenerlo antes de que empiece a correr". Aquí también una muestra de su impecable calidad en cuanto a asistencias se trataba y goles de impecable manufactura -entre ellos el que le hiciera a Gordon Banks cuando este intentaba despejar-